miércoles, 11 de febrero de 2009

2008 VI

Cada día los ensayos de grease brillantina salían mejor, y también cada día me daba cuenta de que no eran una tropa de imbeciles, si no todo lo contrario, me caían bastante bien.
Ya llegó el día, el día de exponerle al colegio nuestro acto, todo nuestro esfuerzo para que saliera bien, y así fue. Fue el acto más aplaudido de todos, y fueron bien merecidos los aplausos porque vaya que lo hicimos bien. Al rato después andabamos todos diambulando por él colegio, y eduardo me acompañó a la biblioteca del colegio haber unas fotos que habías sacado. Después de verlas, ibamos bajando las escaleras hasta llegar a un pasillo, en donde no había nadie. Él me detuvo y me miró fijamente a los ojos y de pronto ¡paf! me dio un beso. No lo podía creer, sentía que era el mejor momento de mi vida, sentía que mi felicidad era eterna en ese momento!
Pasaron una semana después del suceso, en la cual estuvimos saliendo juntos, estando juntos, pero nada formal, hasta que un día me invitó a comer y me pidio pololeo, y yo por supuesto, le dije sí.
A todo esto, yo había ganado mucho tiempo, mi talla de pantalón estaba alrededor de la 38-40, algo tal vez normal para la mujer chilena de mi edad, y eso era normal, pero no delgado. Pero en fin, me escusaba con la barata escusa de que era invierno y la gente comía más, y todos me apoyaban.
Todo iba así, hasta que me pusé mi tutú blanco, y si que si se notaban todos los alfajores y chocolates que había comido. Por dios me quería morir, aparte había descubierto un nuevo mundo, que era el de las modelos. Lo perfecta que eran me causaba tal enorme depresión, era inevitable compararme con ellas. Y fue ahí cuando me di cuenta de que no solo las claviculas con huesos que llaman atención a la gente por lo flaca que estan, si no también lo son el esternón, las costillas, las escapulas, la columna, las caderas, las rodillas, las piernas, etc ... y que era de mí?, pues con mucha suerte se me notaban las clavículas y aparte el ver todos los días a mis compañeras de ballet que sin mayor esfuerzo eran muy delgadas, me llenaba de pena, envidia y rabia conmigo...

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